martes, 23 de junio de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS (XLIV): I HAD A DREAM







Buenas tardes. ¡Qué pesadilla amigos! Soñé que se declaraba una pandemia a nivel global. Comenzaba en invierno en una ciudad china, atribuido a uno de los muchos mercados de animales cuya regulación ni se conoce. Donald Trump decía que lo habían fabricado los comunistas chinos en un laboratorio. Los comunistas europeos decían que lo había fabricado Donald Trump en un laboratorio. Donald Trump bebía lejía para olvidar. Pero era China y lo veíamos muy lejos. Luego llegó a Italia y ya dijimos ojo, ¡qué viene qué viene!, pero no quisimos ponernos en lo peor, y a los pocos días estábamos como Italia, y así poco a poco el resto de Europa, y el mundo. España declaraba el estado de alarma, nos encerrábamos en nuestras casas, se cerraba todo, se paraba hasta el fútbol y la culpa era del 8M. Nos reíamos de la gente que se ponía a comprar papel para limpiarse el culo como locos, pero luego nos cagábamos en ellos porque no quedaba papel para limpiarse el culo… pero luego nos dábamos cuenta de que no podíamos cagarnos en ellos porque no teníamos papel para limpiarnos el culo después de cagarnos en ellos. Nos emborrachábamos haciendo videollamadas con los colegas, nos grabábamos pinchando en gayumbos, Miguel Bosé chiflaba, Don Diablo se escapaba, Bunbury se convertía en icono punk aunque todo el mundo seguía escribiendo mal su apellido. Un doctor con voz de Llongueras salía todas las tardes en la tele a explicarnos como iba la pandemia con cara de estar deseando estar en una cárcel turca antes que comiéndose ese marrón. La culpa seguía siendo del 8M. Se componían 17578 versiones del "Resistiré" del Dúo Dinámico. Las calles quedaban desiertas. Los animalicos y bestias nobles se hacían los dueños de las ciudades. Hacían botellón mientras cantaban “¿Dónde están los humanoooooos, los humanoooooos donde estaaaaaaaaan” o “¡Humanos fuera!, ¡humanos a tercera!”. Otros animalicos de dos patas pedían la dimisión del gobierno cacerola en mano. El Barrio de Salamanca hacía la kale borroca, ¡"esto nos pasa, por un gobierno facha!" Espinosa de Los Bomberos creía que habíamos ganado el mundial. Y la culpa seguía siendo del 8M. La sanidad colapsaba y salíamos a aplaudirles a las ocho de la tarde, pero luego nos decían “¡pero qué haces aplaudiendo, pringao, que eres un pringao!, ¡qué vives engañado!, ¡qué la tierra es plana!”, y la culpa seguía siendo del 8M. Marlaska se separaba de los Pegamoides y ponía la Guardía Civil patas arriba. Nos convertíamos todos en expertos en epidemiología y hablábamos de curvas como no se hacía desde los tiempos de Claudia Cardinale. Martínez Almeida dejaba de ser “carapolla” y era un tío cojonudo. Ortega Smith hacía karate contra el virus. De repente nos acordábamos de que existen unas residencias donde dejamos a nuestros mayores cuando ya no los queremos cuidar y empezaban a caer como moscas. Miguel Bosé seguía chiflando y nos daba bambú y un besito chiquitín con un swing. Comprábamos mascarillas pero los chinos nos engañaban como a chinos. Ciudadanos volvía al centro político y les llamaban comunistas Pablo Iglesias y Cayetana Álvarez de Toledo discutían en el congreso sobre estilismo capilar, "tu papá era terrorista", "vale, pero... ¿has visto la magia de mi melena"? Pablo Echenique se hacía runner. La culpa seguía siendo del 8M. Algunos decían que saldríamos de esta más fuertes y otros respondían “¿más fuertes?, ¡los cojones 33 más fuertes!, más gordos, calvos y gilipollas, que sois gilipollas todos”. España se convertía en una dictadura que dejaba libremente decir que se había convertido en una dictadura. La gente lloraba porque no les dejaban decir que Pedro Sánchez era un asesino sepulturero terrorista comunista, pero sabíamos que querían decir que Pedro Sánchez era un asesino sepulturero terrorista comunista porque decían que Pedro Sánchez era un asesino sepulturero terrorista comunista. Y la culpa era del 8M. Díaz Ayuso repartía pizzas a los niños desfavorecidos y los Gasol la criticaban. Marc Gasol adelgazaba 15 kilos y se ponía hecho una sílfide. Morían mil personas al día. Luego una. Luego mil otra vez. Luego ninguna. Morían 20000 personas en España. Morían 40000 personas en España. Morían 4000000000000 millones de personas en España. España era el mundo. España era la pandemia. La culpa era del 8M. Se levantaba el estado de alarma y vivíamos en una cosa que se llamaba “nueva normalidad”… luego desperté entre sudores fríos y me fui a la playa hecho un amante bandido.




martes, 2 de junio de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS (XLIII): FRIENDS











El pasado sábado por fin pude tener contacto real, sin tecnología de por medio, con otras personas que no fueran mi santa señora con quien he pasado este confinamiento día a día, hora a hora y minuto y minuto. Evidentemente fue todo un acontecimiento, poder tomar unos vinos y unas cervezas y escuchar nuevos discos con tres amigos fuera de mi casa. Volver a coger el metro y pasear por Malasaña después de tres meses. En esta desescalada que no es si no aprender a andar de nuevo fueron como los primeros pasitos de un niño. Tan excepcional ha sido el suceso que por fin en este diario abandonamos eso que llamé hace unas entradas la “deriva ideológica” y volvemos al objetivo inicial. Dejar por escrito mis sensaciones en medio del mayor y más negativo acontecimiento histórico que mi memoria pueda recordar.



Parece que el camino hacia esa “nueva normalidad” es una realidad y por mucho que nuestros hígados ya no sean lo que eran sigue sin haber nada más gratificante que pasar un buen rato con los colegas. Acabar la jornada esbozando una sonrisa y pensando a lo Laporta “¡al loro qué no estamos tan mal!”. Habrá quien piense que nos conformamos con poco... como si la amistad fuese poca cosa.