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Así comenzamos la mañana...
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Pequeñas
escenas de la vida cotidiana.
Estaba esta
mañana esperando para hacerme un electroencefalograma en el Carlos III (otro
hospital en pie de guerra contra la comunidad, y con toda la razón), sumergido
en la lectura del magnífico trabajo “Invasión o victoria” de Gonzalo Vázquez
(co-escrito con Máximo Tobías), lectura deportiva, amena y baloncestística para
hacer más agradable el rato (la vez anterior que acudí a hacerme una prueba de
este tipo amenicé la espera leyendo a Stephen King, que me gusta mucho, pero lo
pasé un poco mal teniendo en cuenta el contexto en el que me encontraba,
repleto de batas blancas, quirófanos, escalpelos y pinzas quirúrgicas), mientras
un matrimonio permanecía a mi lado en igual situación de espera hasta que fue
llamada la mujer. Pasadas unas páginas de mi lectura pensé mejor en relajarme
un poco sin pensar absolutamente en nada, dejar de leer, y descansar un poco mi
maltrecho cerebro, al que continuamente obligo a ejercitarse de las maneras más
absurdas posibles (ya saben, memorizar el listín telefónico de una localidad al
azar, por ejemplo Socuéllamos, aprenderme de memoria la genealogía de Frodo
Bolsón, o practicar juegos de palabras del estilo “¿quién es más guapo, Peter
O’Toole?”) Craso error. En cuanto el caballero de mi lado se percató de que
había levantado los ojos del libro decidió lanzarse a una animosa conversación
social del estilo que les relato a continuación:
-Bueno
muchacho, ¿y a ti qué te pasa?
-Pues nada,
que me ha pasado esto, y ando sufriendo de lo otro, y parece que tengo que
mirarme de lo de acullá. Y con esto de las huelgas, pues tengo muchas pruebas
pendientes que me las han tenido que ir aplazando.
-Esto de las
huelgas es una vergüenza (ahí mi sentido arácnido comenzó a sonar avisando:
“peligro, posible australopithecus”), lo que no puede ser es que los hospitales
se nos hayan llenado de toda esa gentuza que viene de fuera y no nos atiendan
primero a los españoles (y ahí ya la alarma se me disparó… ¡estaba ante un clarísimo
ejemplo de Austraolopithecus Intereconomicus!) Yo vivo en Fuenlabrada y no
paras de ver moros por los pasillos, los rumanos porque no se han enterado, que
si no también. Claro, como aquí tienen sanidad gratis, para aquí que se viene
toda esa gentuza. Y luego la sanidad no se puede sostener y no hay dinero para
los españoles.
A pesar de que
en mi estado me han aconsejado que no discuta ni con los detractores de Ricky
Rubio, me armé de valor y paciencia, a pesar de que en breves momentos me iban
a poner la pijotera como a Alex de Large.
-Verá
caballero-le dije-no creo que haya ningún problema en que la sanidad tenga
cierto déficit. Que un ayuntamiento, una comunidad autónoma, o un país, pierda
dinero, si es en beneficio del ciudadano, me parece bien. Una empresa privada,
por contra, nunca va a perder dinero, ya que están creadas para eso, para ganar
dinero, no para servir al ciudadano, por lo tanto es imposible que una empresa
privada pueda dar mejor servicio que una empresa cuyo fin no sea el ganar
dinero. España siempre ha tenido menor deuda pública que Francia o Alemania, no
entiendo porque ahora dicen que nuestro gran problema es la deuda pública.
-Pues hay
hospitales privados que funcionan muy bien
-Ya, pero
hablamos de una sanidad pública, para todos, para cualquier economía y extracto
social.
-Bueno, pero
se podría hacer una sanidad pública gestionada por empresas privadas.
-¿Se refiere a
casos como el de la empresa Capio, y hospitales como el de Collado Villalba,
que estando cerrado está costando a los madrileños 900000 euros al mes?
-Bueno, de
todos modos lo que no puede ser es el cachondeo de que esa gentuza de fuera
vengan y tengan lo mismo que nosotros.
-Yo supongo
que no vienen por gusto, si no por auténtica necesidad, nadie abandona su lugar
por placer. Mis padres también fueron emigrantes.
-¡Toma, y yo!
¡Yo vengo de Córdoba!
-No, mis
padres tuvieron que emigrar de España. Tuvieron que dejar sus familias, amigos,
casas, pueblos, todo lo que querían, porque éramos un país muy pobre y aquí no
tenían manera de vivir. Ahora volvemos a ser un país pobre, pero aún así hay
muchísimos países mucho más pobres que el nuestro, ya que estamos viviendo un
auténtico problema global que no se reduce a un país en concreto.
Viéndose un poco
tambaleado, el Australopithecus Intereconomicus volvió a sacar el “libro de
estilo”.
-¡Es que es un
cachondeo!, han llevado el país al desastre. Otro de los grandes problemas de
este país es las autonomías, ¿autonomías?, ¿para que sirve eso? (tirando de
topicazo)
A esto no le
respondí, porque sinceramente el tema autonómico me da realmente igual, toda
esta política “gruesa” me la trae al pairo. Siempre he dicho que yo no me
preocupo de la política, en todo caso de temas sociales, que van por otro camino.
De modo que el hombre siguió en su mundo atizando contra todo y contra todos,
cuando empezó a darle a los políticos, pues le di un poco la razón, para que
calmásemos los ánimos y llegásemos a algún punto en común.
-¡Para qué
quieren tanto coche oficial, tanta escolta y tanta leche! ¡Vaya derroche!
-Desde
luego-asentí- y no se olvide el mamoneo a la hora de conceder obras públicas a
dedo a cualquier empresario amigo, con el que se tengan negocios de tapadillo y
todas esas cosas.
-¡Ya lo creo!,
en Andalucía vas con el carnet del PSOE en la boca y te lo dan todo. Cualquier
problema que tengas, solucionado.
-En León hasta
pillaron a un alcalde que cargaba en las cuentas públicas sus gastos de gomina.
-Ah, ¿qué
eres? ¿de León?
-De Ponferrada.
-Buena tierra.
¡Y buen locutor! Aunque ahora es un poco chaquetero, antes cuando estaba en la
COPE era mucho mejor. Ahí no sois independentistas de esos, ¿no? Porque hay que
ver como está el tema, ahora ya no hay tanto, pero con la ETA, el GRAPO, etc, mira
que había terroristas.
-Terra Lliure.
-¡Sí!, ¡esos
atentaron contra Jiménez Losantos! (oportunidad de mentar a su ídolo)
-Los
Guerrilleros de Cristo Rey.
-Bah, pero
esos eran de extrema derecha (no me quedó claro que quiso decir con eso, si es que
para mi contertuliano había cierto terrorismo, digamos, no tan ruin) Pues lo que te decía, joven, que hay que
acabar con tanto derroche político. Yo allí en mi pueblo me voy al bar, que
llamo la ONU, porque son todos comunistas, y le llamo la ONU porque van todos
de ir unidos y eso, y encima son del Barça, pero bueno, voy y les digo lo que
pienso, que son unos chorizos, yo no me callo.
(Al escucharle
decir “chorizos” y “callo”, no pude evitar pensar en un plato de callos con
chorizo, por lo que dejé de prestarle atención por unos instantes)
-Bueno
chaval-siguió-¿y tú que haces?, ¿trabajas o estudias? (lógicamente tomé como un
halago que dudase sobre si aún era estudiante)
-Trabajo.
-¿Dónde?
-En el
BBVA.
-Ah… pues me
han dicho que el que funciona muy bien ahora es La Caixa para las empresas,
mira que me parece raro, pero tengo un cuñado que está en La Caixa y le dije:
“¡pero desgraciado, tú estás loco!, ¿cómo te vas con los catalanes?, ¡con los
catalanes!”, y me dijo que daban muchas facilidades a las empresas.
-Es estupendo.
Personalmente yo prefiero dar facilidades a las compresas.
Entonces se
abrió la puerta de la sala donde debían hacerme la prueba, la paciente esposa
de mi amigo el Australopithecus Intereconomicus salió, y la enfermera dijo
suavemente: “señor Lever, puede pasar”.
Nos deseamos
un buen día, el sol siguió girando, España se mantuvo en pie, y a mí me
pusieron unos cuantos electrodos en la cabeza.
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...y así la terminamos. |