Hoy
cumple la Lola 73 años. Ya les he hablado en alguna ocasión por aquí de ella.
Los cumple a casi 400 kms de distancia de este humilde bandarra escribano que
no puede ni abrazarla ni colmarla de besos, de 73 millones de besos que le
daría. Ni siquiera un retrato digital que tan de moda están para felicitarla
por alguna red social tengo a mano, tan sólo el teléfono y las palabras.
Palabras que nunca leerá. Qué sabe ella de estas cosas del internet, la
tecnología, y los ordenadores, cuando su vida fue siempre trabajar de sol a
sol, y sin quejarse nunca. Y pienso lo privilegiado que soy de poder trabajar
simplemente 40 horas a la semana y tener dos días libres. Lola nunca tuvo eso.
Y tanto trabajar, Lola, para que ahora nos digan que no hay dinero, que no hay
dinero para tu jubilación, ni para tus medicinas, ni para atender a tu marido
dependiente. Que no hay dinero mientras se desvían cada año decenas de miles de
millones de euros. Mientras ni un corrupto da con sus malditos huesos de
ponzoña en la cárcel. Mientras los políticos y ex –políticos se emplean y
pluriemplean, y emplean y puriemplean a familiares y amigos, como si
descendiesen todos ellos del árbol genealógico del apellido Corleone. Mientras
se rescatan bancos pero se cierran hospitales. Mientras se venden más Rolls
Royce que nunca.
Nos
hemos acostumbrado a ser felices con tan poco, Lola, que se creen que aún
pueden desangrarnos más. Porque no nos quejamos. Porque somos resignados.
Porque la piedad cristiana que te inculcaron desde niña hace que le des gracias
a la vida por lo bueno y por lo malo. Y es verdad, Lola, que somos felices con
poco. Y es verdad que ellos son tan ricos que sólo tienen dinero. Pero cada vez
que pienso en ti y pienso en ellos sé de que lado estoy, y de que lado quiero
que esté el mundo en el que quiero vivir, y en el que debieran vivir los que
vengan después de nosotros, cuando ya no estemos aquí y nuestras vidas hayan
sido unas míseras gotas en un océano infinito de almas y sólo existamos en el
recuerdo de quienes hemos querido.
Sé
que no te amargo el cumpleaños, Lola, porque sé que no leerás esto. Dios te
guarde muchos años y que yo pueda disfrutar de la persona más sabia y fuerte
que nunca he conocido. Nunca fue fácil soltarse de tu mano, por eso nunca dejé
de hacerlo.
“AMOR
DE MADRE” GABINETE CALIGARI
Cuando
era enano me tomó
La
mano y me la besó
Mi
madre me enseñó
Primero
a caminar
Solo,
solito andarás
Y
me hacia comer
Mirando
un ascensor
Que
había en el patio interior
Y
a querernos los dos
Mi
madre me enseñó
A
no llorar en el colegio
Cuando
ella no podía estar
A
distinguir entre el aprecio
Que
las personas me pudieran dar.
Mi
madrecita me enseñó
A
ver la vida como un señor
Y
la cara de Dios
Mi
madre me enseñó
Es
amor de madre que me dio
Su
estilo, su clase, su voz
Me
decía que no
Te
enamores jamás
De
alguien que te pueda fallar
Y
llevaba razón
Mi
madre me enseñó
A
resguardarme de la lluvia
Con
un paraguas de verdad
A
soportar todas las puyas
Que
los malajes me quisieran dar.
Cuando
era enano me otorgó
Su
amor de madre, su corazón
Mi
madre me enseño
A
cantar con emoción
A
no temer la maldición
Ni
la cara de Dios
Ni
la cara de Dios
Mi
madre me enseñó
A
querernos los dos.
brutal...gracias por compartir
ResponderEliminarNada, por Dios... aquí tiene usted su casa...
ResponderEliminaryo echo de menos a la mía. Cada día. Era la persona que mejor me entendía, ya sabes, no tenía ni que hablarme para saber que me pasaba ... en fín. Que disfrutes de tu madre muchos años.
ResponderEliminarGracias Marcos... lamento que la tuya no esté presente ya físicamente... la verdad es que con los años uno siente más la necesidad de disfrutar de esa persona cuando ya está en su vejez... lástima de distancia...
ResponderEliminar