Hace unos meses escuché unas declaraciones de la
actual alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que me parecieron bastante
desafortunadas. Era con motivo de sus primeros cien días en el cargo. Haciendo
el pertinente balance se quejaba de la falta de apoyo de la prensa hacia su equipo municipal, resaltando que el resto de opciones políticas, las convencionales,
las tradicionales, sí recibían ese apoyo al contar con medios de comunicación
claramente afines, cosa ésta que sin duda es cierta, pero desafortunado es
pedir adhesión mediática cuando tales medios de comunicación debieran existir
para informar al ciudadano con rigor y la más posible objetividad
independientemente de filias o fobias políticas. Como en el fútbol respecto a
los árbitros, a quienes no hay que pedirles que te piten a favor ni en contra,
si no que arbitren lo que vean, y que no te den, pero tampoco te quiten, el
político a la prensa no debe pedirle ni apoyo ni enemistad, si no fidelidad a su oficio.
Admitiendo lo desafortunadas de sus declaraciones
en una mujer quizás no demasiado precisa en su capacidad para expresarse ante
la opinión pública, lo cierto es que sus palabras dejaban al descubierto una
terrible realidad: la del periodismo de trincheras, en el que la información al
ciudadano pasa a un segundo plano en favor del objetivo real de apoyar
ideologías u opciones políticas, o mucho mejor, y más fácil (ya que siempre es más
fácil destruir que crear), torpedear a base de manipulación y veneno el trabajo
del “enemigo”. Una labor cruenta que la propia Carmena está sufriendo en sus
carnes, con toda clase de despropósitos y mentiras (o medias verdades) viendo
como diversas webs y redes sociales se salpican de presuntas noticias
totalmente alejadas de la realidad. Es posible que este trato hostil que sufre
el actual Ayuntamiento de Madrid lo hayan padecido sus antecesores, aunque yo
particularmente no lo recuerdo desde Gallardón hacia atrás (sí con Ana Botella,
aunque no tanto la manipulación periodística como la burla y el escarnio), y
por otro lado la herramienta de internet en su vertiente más perversa permite
propagar el bulo con mayor facilidad. Queda por tanto apelar al sentido común
del ciudadano, y esperar que sepa poner en duda una información aparecida en
una web llamada (por citar un ejemplo) Rietedepodemos.com y la sepa diferenciar
de lo publicado en alguno de nuestros diarios nacionales, alguno de ellos con
el suficiente prestigio otorgado después de décadas, o incluso con más un siglo
de existencia a sus espaldas, por mucho que se empeñen en tirar por tierra tal bagaje contando hoy día con plumas que harían volver ipso facto a la
tumba a ese gran impulsor de la prensa española que fue Torcuato Luca de Tena
en caso de que reviviera de entre los muertos (pienso, como imaginará el
lector, en el actual ABC cubierto de ponzoña al retribuir monetariamente la basura verbal
vomitada por ese pseudo ser humano llamado Salvador Sostres) Aun admitiendo la
parcialidad de los grandes medios de comunicación, plagados de escribas
incapaces de morder la mano que les da de comer, créanme, siempre serán más
fiables que cualquier web de aficionados o cualquier blog, incluido por
supuesto éste mismo que están leyendo, por lo que invito y aconsejo que tras la
lectura de esta entrada contrasten todo lo que aquí pretendemos exponer a
continuación.
Luca de Tena, periodismo de bigotes. |
Siguiendo con el tema puramente periodístico, el
ciudadano con dedos de frente debería saber distinguir en la redacción de
ciertas noticias cuanto pudiera haber de veraz, cuanto de falso, cuanto de
manipulado y cuanto de tendencioso. Pongamos un ejemplo. Si yo leyese “Manuela
Carmena tiene la intención de defecar sobre una foto de Esperanza Aguirre en
medio de la Plaza Mayor”, así, sin más, sería una noticia que trataría de
contrastar. En primer lugar porque se habla de una intención, no de un hecho.
En segundo porque no se recogen declaraciones de la propia interesada ni se
reconoce contexto en cual tal intención fue expresada. Sí por el contrario leo “Manuela
Carmena asegura en rueda de prensa que defecará sobre una foto de Esperanza
Aguirre en medio de la Plaza Mayor, “es un acto liberador de psicomagia
recomendado por Alejandro Jodorowsky”, aseguró esta mañana la regidora tras
convocar a la prensa en su despacho”, en este caso me atrevería a pensar que la
noticia es cierta. Pero todo esto poco importa ya que accedemos a la
información embutidos en el prejuicio, y por mucho que la realidad sea otra
siempre preferiremos creer el titular tendencioso si se adapta a nuestros
intereses ideológicos, tanto más cuando en la informatizada sociedad de hoy día
se han cambiado sobremanera los hábitos de lectura influyendo por tanto en lo
que entendemos como “comprensión lectora”, accediendo el ciudadano a lo que
considera “información” simplemente por la lectura de titulares que ha visto en
algún muro de Facebook o Twitter. Asumiendo el predominio de la información a
través de la red, hay que insistir además en la necesidad de escudriñar bien
las noticias debido a la constante actualización, tanto es así que es
absolutamente frecuente ver un enlace con un titular y tras pinchar sobre el
mismo para acceder al contenido comprobamos como la noticia no tiene
absolutamente nada que ver con aquel titular. Esto puede ser tanto por la
intencionada manipulación de quien factura el titular tendencioso confiado en
que el lector no accederá a la noticia y se quedará con lo leído en dicho
titular, como por algo mucho más perdonable y comprensible como es la simple
actualización de la noticia, la cual ya difiere considerablemente de la primera
información publicada horas antes. Estos cambios en los hábitos de lectura ya están siendo profusamente investigados (aunque como en el tema de la salud
siempre saldrá algún “cuñao” diciendo lo saludable que es comer un kilo de
panceta a la semana), pero cualquier ciudadano puede comprobar y experimentar a
gusto, viendo como noticias falsas (creadas con toda la intención con ese afán de experimentación) se convierten en virales, o asistiendo a uno de los efectos
más llamativos de estos nuevos hábitos. Y es que seguro que en más de una
ocasión han visto a alguno de sus “amigos” de Facebook colgar una noticia que
al parecer es el súmmum de la escabrosidad, la madre de todas las aberraciones,
y que provoca decenas de reacciones y de comentarios indignados y riadas de “¡no
hay derecho!” perfectamente comprensibles ante un suceso tan indigno que viene
a corroborar el hecho de que vamos de mal en peor y cuesta abajo y sin frenos…
el problema es cuando ves que esa noticia en realidad es de hace diez años. Y
así han convertido a los ciudadanos en una masa empobrecida intelectualmente,
estrangulada en su recién adquirida “memoria de pez”, porque al cambiar la
manera de leer cambia por tanto la manera de procesar información, y con ello
cambia, y aquí está realmente el peligro, la manera de pensar.
Retomando el asunto Carmena, simplemente quiero
señalar algunas noticias que han ido circulando por redes, foros y mentideros
varios que en estas ocasiones hicieron honor a su nombre y se convirtieron en
escenarios de propagación de la mentira. Obviamos todo lo sucedido durante la
campaña electoral, y que ya abordamos en otra entrada, cuando la crispación
ante la posibilidad de una Carmena alcaldesa llevó a Esperanza Aguirre a
recurrir al viejo (y sucio) recurso de meter a ETA en campaña, vinculando a la
actual alcaldesa con la banda terrorista. Posteriormente la propia Aguirre admitiría que se equivocó con su estrategia de acoso y derribo hacia Carmena, ya
que no hizo sino fortalecer aún más su figura ante los electores, y en mi caso
particular admito que tal fue así, ya que apenas tenía información sobre la
figura de la ex –jueza, pero la presentación hecha por Aguirre ante los
madrileños de su rival como un Gran Satán filoetarra hizo que me interesara por
revisar su curriculum.
La fiesta empezó con un auténtico disparate. Aprovechando
que uno de los puntos del programa electoral de Ahora Madrid era el
cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica en cuanto al cambio de nombres y
plazas dedicadas a personajes o instituciones relacionadas con la dictadura
franquista, el batallón de fusilamiento anti- Carmena rebuscó en el extenso listado
redactado en 2004 por Izquierda Unida (hay que recordar que la ley es de 2007,
es decir, no se hace un listado a posteriori y como consecuencia de dicha ley,
sino que existe tres años antes redactado por un partido político y de ninguna
manera sin ser oficial, de hecho no existe un listado oficial de calles franquistas)
para ver con que podían meter el miedo en el cuerpo a los madrileños. Y ahí
aparece el fútbol (Santiago Bernabéu), la pintura (Salvador Dalí) o la
literatura (y aquí el disparate ya es mayúsculo, poniendo sobre la mesa los
nombres de Manuel Machado, Gerardo Diego, Jardiel Poncela, o el gran Xenius,
Eugenio d’Ors) Es cierto que tales nombres aparecen en ese concienzudo listado
elaborado por Izquierda Unida, pero hay que recordar que en ninguna manera es
un listado oficial, sino una recopilación de nombres que tienen calles en
Madrid y que de una u otra manera tuvieron vinculación con el franquismo. Pero
apelando al sentido común cualquiera puede comprender que Dalí, Bernabéu o
Jardiel Poncela no tienen ese reconocimiento en el callejero de Madrid por sus
méritos franquistas si no por sus méritos profesionales o artísticos. Dicho de
otro modo, no es lo mismo una calle dedicada a la División Azul que a Salvador
Dalí, y esto lo entiende lo mismo Manuela Carmena que un mono titi empapado en
LSD. Pero había que poner en marcha el ventilador excrementicio, y pronto
comenzamos a leer cosas como “La calle Santiago Bernabéu en el punto de mira del callejero antifranquista de Manuela Carmena” o “Manuela Carmena podría quitarle la calle a Salvador Dalí” o “Carmena ataca a la cultura con la supresión de calles en Madrid”. Así de loco venía el verano. A día de hoy, y con el invierno
en puertas, lo cierto es que no se ha cambiado ni una sola calle, ya que como
ha explicado el Ayuntamiento no es para nada una medida prioritaria. Cuando se
haga y en los casos que se haga se estudiará el caso en concreto y estoy
dispuesto a apostarme aquí delante de ustedes y jugarme lo que quieran a que en
ningún momento del mandato de Ahora Madrid les serán retiradas las calles a
Dalí, Bernabéu o los escritores citados. ¿Quién se atreve a apostar conmigo? Pero
esa fue, así que yo recuerde, la primera gran palada de mierda y mentiras.
¡A ver quien los tiene tan cuadrados para quitarme mi calle! |
Una noticia que me llamó la atención y que
demostró el desconocimiento sobre cómo funcionan muchos ayuntamientos en
nuestro país en su lógico afán recaudatorio, independientemente del signo
político que ocupe la alcaldía. En el mismo verano leíamos la intención (y dale
con las “intenciones”) del municipio de Madrid de cobrar una tasa a los cajeros automáticos de las entidades bancarias. Esta noticia era cierta. Pero lejos de
ser una medida que sólo podría caber en la cabeza de una peligrosa comunista
contraria al libre mercado como Manuela Carmena, profundizando en el asunto
vemos que es una posibilidad que se permite a los consistorios desde que el
Tribunal Supremo en 2009 aprobase una ley para tal cometido, lógicamente a
nivel estatal, y dejando en manos de cada ayuntamiento la elección de aplicar
dicha tasa o no. Desde el 2009, por tanto, diversas alcaldías han utilizado ese recurso para engrosas sus arcas a costa de las entidades bancarias que como
todo el mundo sabrá y por mucha crisis que nos asista no dejan de registrar enormes beneficios. Badajoz (con más de 20 años continuados del PP en la alcaldía), Málaga
(igualmente, dos décadas de PP en el consistorio), Sevilla (alternando PP y
PSOE), Zaragoza (con el socialista Belloch), Córdoba (PP), Palma de Mallorca (PP)
son ejemplos de ciudades que se acogieron a esta posibilidad con alcaldes
socialistas y populares al frente. A ellas se les sumó Barcelona en 2013 con
Xavier Trias, de CIU, aplicando la tasa más alta hasta la fecha. Item más, profundizando sobre el tema de las tasas municipales a cajeros encontramos el caso de Albacete donde se llevan cobrando desde 2003, aprovechando el hueco legal que presentaba el hecho de que cuando estaban colocados en fachadas y no en el interior de inmuebles (de hecho hoy día la mayoría están colocados sobre fachadas), el ayuntamiento en cuestión si puede cobrar un cargo a la entidad bancaria. Son ejemplos
de grandes ciudades, pero si investigamos más a fondo podríamos encontrar
muchos más. Sin salirnos de la comunidad de Madrid sucede así en el ayuntamiento de Pozuelo, con mandato del Partido Popular. La gran diferencia respecto a Madrid es que en el caso de Manuela
Carmena se ha aprovechado para buscar en la noticia un presunto ataque a la
banca por parte de la extrema izquierda anti-capitalista y comunista, que al
parecer tiene secuestrados a los madrileños los cuales están a punto de verse
confinados en gulags. Esta tasa en ningún momento supone un coste adicional
para el ciudadano, pero como no podía ser de otro modo y siguiendo con la
doctrina del miedo muchos “informadores” se apresuraron a asegurar que el
madrileño de a pie iba a tener que abonar de su bolsillo una parte proporcional
de la citada comisión. A ciencia cierta no sé si la medida se ha puesto en
marcha por parte del consistorio de Madrid, pero como ciudadano de este
municipio espero que así se haga y que repercuta en el beneficio de toda la
ciudadanía.
No podemos pasar por alto el fenomenal follón de
la web Madrid VO. Una sencilla página como cientos podemos encontrar en España
asociadas a ayuntamientos, comunidades autónomas, o instituciones de todo tipo.
La diferencia, una vez más, está en el nombre de Manuela Carmena. Y es que
cuando Esperanza Aguirre ha utilizado la web de la Comunidad de Madrid en sus
días de presidenta autonómica para desmentir informaciones que consideraba erróneas,
o lo ha hecho en la web de su partido o en su blog o en su cuenta de Twitter,
parecía un ejercicio sano de derecho a defenderse y aclarar malos entendidos,
pero en el caso de Carmena se trata de un claro ejemplo de represión
periodística, un intento de coartar la libertad de expresión y de trasladar a
Madrid la censura propia de las dictaduras de la Europa del Este durante el siglo
XX. Cada vez más cerca de los gulags. Daba la sensación de que los ciudadanos
madrileños íbamos a estar obligados a dar rango de página de inicio en nuestros
navegadores a esta página y a visitarla todos los días y aprender al dedillo
sus contenidos. Pasados unos meses la realidad es una web inofensiva, sin
apenas actividad, pocas visitas y ninguna polémica. Pero por el camino cayó de
nuevo mucha mierda sobre la nueva alcaldesa.
Y con las navidades en lontananza se vuelve a
poner en marcha la maquinaria. La idea de trasladar uno de los tradicionales
belenes municipales, concrétamente el que se venía representando en el Palacio
de Cibeles en los últimos años, a la Plaza de Colón, ha sido traducido de
inmediato y sin la mayor desvergüenza en un contundente “Manuela Carmena elimina los belenes de Madrid”, utilizando verbos más rotundos como “prohibir”,
“perseguir”, etc, dependiendo del grado de acritud del “informador” en
cuestión, regalándonos espectáculos biliares como el de la cadena Intereconomía
y su lamentable espacio “El gato al agua” en el que un señor llamado Eduardo
García Serrano insultó a nuestra alcaldesa llegando a insinuar que “fumaba mucho chocolate”. Por el bien de mi salud mental no veo nunca este tipo de
programas, ni siquiera por algún extraño regocijo masoquista, por lo que no
tenía referencias sobre el sujeto en cuestión, pero una persona con un
comportamiento semejante lo más posible es que sea reincidente en el exabrupto
y la mala educación (en el más puro estilo Sostres), y echando un vistazo a su
biografía veo que ya era conocido por haber insultado públicamente a Antonio
Gala, al desaparecido Pedro Zerolo, y superándose con la consejera de Sanidad
de la Generalitat de Cataluña a la que llamó “guarra”, “puerca” y “zorra”
simplemente porque al buen señor no le gustó la campaña de educación sexual emprendida
por dicha institución. Televisión educativa, ideal para sus hijos. Periodismo
de altura.
Pero siempre se puede llegar más lejos, superar el
disparate, hasta el infinito y más allá, que diría el gran Buzz Lightyear. Cuál
fue mi sorpresa cuando leo literalmente “Carmena no pondrá el Belén en el ayuntamiento para no herir a los musulmanes” (debe ser que la comunidad
musulmana de Madrid se pasa el día metida en el ayuntamiento y no nos hemos
enterado) Hay que tener muy mala leche y muy mala idea, y sobre todo pensar que el ciudadano es muy
tonto y va a creérselo, para perpetrar un titular como ese. Pero como nunca
vamos a dejar de sorprendernos, en efecto, hay gente que se lo ha creído. Claro
que muy posiblemente porque deseaban creérselo.
¿La realidad?, tal y como han asegurado tanto la
Asociación de Belenistas de la ciudad como desde el propio ayuntamiento, no
sólo habrá belenes este año en Madrid si no que la idea es que encima haya más
que en años anteriores y que estén más repartidos por toda la ciudad. Pero lo
importante de verdad no es la realidad ni la veracidad de la noticia, si no
haber tenido la ocasión durante unos cuantos días de escupir mierda de nuevo
sobre el actual equipo municipal de esta ciudad. Difama que algo queda.
¡Odio la Navidad y me como niños crudos! |
Para terminar este particular festival de la
calumnia, nos tenemos que trasladar al estadio Santiago Bernabéu. El Real
Madrid recibía al Paris Saint Germain en partido de Champions League y contaba
en su palco con la visita de la alcaldesa de la capital gala, Anne Hidalgo, por
lo que Carmena consideró que lo oportuno era acompañar a su homóloga en el
cargo en tal acontecimiento. ¿Dónde está el problema?, en que Manuela Carmena
había asegurado en una entrevista al Financial Times que cuando la invitasen a
ir al Bernabéu no acudiría. Eso es cierto, y hay que asumir de nuevo cierta
torpeza en Carmena en sus declaraciones, tal y como hemos comenzado esta
entrada, ya que lo cierto es que por otro lado había manifestado que cuando hubiese que acudir por motivos institucionales o de protocolo, como fue el caso, así lo haría. Poco importa, su visita al estadio madridista ya fue bien
aprovechada por la turba linchadora para describirla como una de esas rojas
hipócritas que luego comen sus tapitas de gambas, porque sabido es que para ser
verdaderamente de izquierdas parece ser que tienes que vestir con un taparrabos
y vivir en una caja de cartón o en un barril de madera cual Diógenes el Cínico.
Tengan por seguro esto que les digo (e imagínenme entonándolo a lo Ruíz de
Lopera), que quienes arremeten contra la alcaldesa por su presencia en el palco
en este partido hubieran sido los primeros en calificar a la regente de
maleducada por plantar a su homóloga parisina y en definir su conducta como
intolerable. Porque cuando algo se convierte en el objeto de tu ira, de tu
odio, en tu obsesión al fin y al cabo, su sola existencia será motivo de tu
reprobación. Manuela Carmena se ha convertido en el mejor alimento posible para
seguir manteniendo viva la particular obsesión de quienes siguen soñando un “amanecer
rojo” que venga a darles la razón en su mediática campaña del miedo. Si no
existiese habría que inventarla.
"Me gusta el fútbol, los domingos por la tarde...", sigan ustedes. |
Con tanto linchamiento finalmente la van a
convertir en santa, buena y mártir, como su tocayo masculino el San Manuel de Unamuno. En una de sus
más grandes novelas el autor bilbaíno nos presenta el formidable retrato de un párroco
de pueblo que se antoja figura imprescindible en el pequeño ecosistema de una
villa zamorana. Un elemento vital para que los habitantes del lugar sigan
adelante con sus vidas apoyándose en el sustento que les proporciona la fe. Pero
hay una particularidad en el personaje que sorprende al lector de la novela (y
perdóneme el “spoiler” quien no haya disfrutado de esta obra): Don Manuel no
cree en Dios. Lo único que le importa es que sus feligreses sí crean y no vivan
asaltados por las dudas y angustias existenciales que a él le acometen. Con
tanto ataque a nuestra alcaldesa van a conseguir que quienes vivíamos ya
descreídos de la política finalmente tengamos fe en que las cosas pueden
realizarse de manera distinta. Personalmente pienso que es muy difícil que
Carmena no acabe decepcionando, incluso siendo alcanzada por algún caso de
corrupción, o atendiendo a grandes intereses que la hagan tomar medidas nocivas
contra el común de los ciudadanos. Pero hasta que ese día llegue sólo podemos
calificar de repulsivo el ataque gratuito que día sí y día también se ha
convertido en deporte nacional desde muchas trincheras.
Despojándonos de tanta suciedad e intoxicación
alrededor de la figura de Carmena, observamos una realidad traducida en la
lucha contra los desahucios, consiguiendo frenar lo que era un drama cotidiano
en una gran parte de barrios madrileños, un repunte en el gasto social, un
mayor número de inversiones en las zonas de la ciudad más necesitadas, detener la venta de viviendas sociales a fondos de inversión, la
liberalización del ayuntamiento de los descomunales contratos firmados por el anterior equipo municipal con Testa o Sacyr y el frenazo a la privatización de los servicios públicos. Esto a grandes rasgos, pero también detalles como la
propuesta de bajada de sueldo de todos los concejales, propuesta que no
interesa al resto de formaciones políticas a las que no están logrando de
momento convencer de la necesidad de la medida (por lo que han decidido desde
Ahora Madrid y de manera personal destinar esa bajada a proyectos sociales), la
renuncia a privilegios como palcos vips y similares, la supresión de los bancos“antimendigos” y su cambio por un nuevo mobiliario urbano, la lucha contra el cohecho (hay que recordar que Carmena fue la principal combatiente contras las "astillas" en los juzgados en su día, sobornos que se realizaban a jueces en nuestro país con la connivencia de las instituciones) o la sensibilidad con la limpieza y mantenimiento en una de las ciudades más sucias de España. Atendiendo
al programa de Ahora Madrid, queda mucho por hacer (la garantía de luz y agua
en todos los hogares madrileños, la inserción laboral urgente de jóvenes y
parados de larga duración…) y es posible, lamentablemente, que no todo se
consiga, pero una mirada limpia a la gestión de Carmena en estos seis meses
(dentro de un cargo para la que ha sido electa durante cuatro años) presenta
muchas más luces que sombras.
Pero esas luces no venden, y hay que seguir alimentando
a la bestia de la obsesión. Aunque lo cierto es que ese "amanecer rojo" con el que siguen soñando desde algunos frentes mientras sacan brillo a sus bayonetas empeñados en mantenerse"en guerra" (bien triste es que tu vida dependa de la existencia de "enemigos" contra quienes luchar) no llega. Y la realidad es que en Madrid ni se prohíben los belenes, ni se persiguen a los cristianos, ni nos meten en gulags, ni se cierran periódicos, ni nos imponen ningún pensamiento único. Dejen de tratarnos como gilipollas.
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