“Hola” dice el salvaje saludo
escupido desde la cloaca... estoy aquí vivo e infecto al lado de mis
hermanos los versos.
Todo es una neblina y atrocidad
manejada en mil mares de cuchilladas y ortodoncias.
La pirámide de los sentidos
octogonales. La trampa del cerebro creador. El columpio del
manifiesto surrealista. El tablero de ajedrez de mi suicidio y
congoja, dulce suicido leve congoja.
La brocha de afeitar con la que me
Así se asoma al espejo el hombre del
siglo XXI cultivado en las tragedias de sus predecesores: hábiles
tragafuegos, comesables, etc...
La pesadilla del vacío intestinal...
Todo es una tragedia de andar por casa,
con batín y zapatillas, y la poesía convertida en el jeroglífico
trágico de nuestras vidas que dan al retrete que es el morir. El
sueño surrealista es la pesadilla barroca, el aliento renacentista,
la ortodoxia del verso. La vida a través de una ventana y cuesta
abajo y etcétera... el peso de mis alforjas son los años
consagrados al desastre. Cuanto más veneno más poesía. Cuanto más
poesía más verdad. Cuánto más verdad menos vida. Cuanto menos
vida más veneno. Cuanto más veneno y etcétera otra vez...
El ojo del gato es el mausoleo eterno.
La mirada vidriosa es el consuelo del
espectador patético,el del aguinaldo de fuegos fatuos y espíritus
santos de apariencia ornitológica...
Cumplí tanto con la vida que me puedo
permitir el lujo de estrangular vuestro deseo...
...taquicardia de cartón piedra, aquí
soy feliz.
¿Alguien me oye?, en este desvarío
soy/siempre/he sido/seré feliz.
Me bendigo en la eutanasia.
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