"Forgotten Sunglasses" (Vladimir Kush) |
Estaba yo entregado en aquella madrugada
perenne, puesto que había bajado al pozo de mi alma para convertirme
en poema y hablar a la humanidad desde aquel estado de celosía
gubernamental, cincelando con amor al prójimo y a mi mismo y a mi
esperma, tallando con brío cada palabra y cada pensamiento como sólo
el poeta cadáver hecho pensamiento y manojo de nervios es capaz de
hacer...
...era mi deber todo ello como guardián
de la palabra y la religión de los locos...
...el sol metafísico, troquel de algún
sobrino con escamas y Pegamoides se sentaba en mi regazo pidiendo
perdón y consuelo, cuando de repente se posó en el alfeizar de la
ventana el Cerangután, un animal mitológico del Bierzo mitad
carámbano mitad rayo de sol y nitrato y me habló, aquella criatura
altiva disparando a mis ojos veneno y verdad no sin yo antes decirle:
-Hete tú que existes.
-Existo, es cierto, en árbol y ciervo.
Y es por eso que he venido para coronarte, ¡oh tú!, rey de las
inmundicias, como el legítimo Poeta del Estiércol. Y es por eso que
te traigo una corona de clavos y clavicordios y una joroba de
espantos, porque sólo tú, ¡oh tú!, Pepe Kubrick, eres el
auténtico heredero de la miseria y los anteojos pisoteados... y esta
es tu misión, proseguir en la pobreza de los dientes de leche, tú
que sólo eres un rayo melancólico que purpurea en noches de luna
lefa y tu falo es el radar que orienta a los habitantes de planetas
sucedáneos tales como Chiquilla y Abundancia.
Ante aquella catarata de
responsabilidades manicúeras y versos podridos me desmayé recitando
un poco de krausismo y alguna letra de Isabel Pantoja, todo ello
embadurnado de bilis de rinoceronte.
Posteriormente el Cerangután
desapareció, eso sí, habiendo dejado claro que la ortodoncia y la
defunción existen.
Y este fue el relato que mi hada
madrina, la locura, dejó debajo de mi almohada aquella noche fetén
de arco iris y meteoritos...
Salud y ambrosía.
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