jueves, 2 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS (XVIII): EL REY DE MÉJICO











La otra noche en el breve intervalo de unos 20 minutos supe de dos noticias relacionadas con la crisis a nivel global de la pandemia del covid-19 las cuales conformando parte de este diario particular que todos estamos viviendo en esta época, plagado de pequeñas o grandes historias, significaban dos polos opuestos en cuanto a entender tu papel en la vida.


Primero escuchaba a Michel, el fantástico extremo que fuera dueño de la banda derecha del Bernabéu durante varios años entre las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo, afirmar que la situación actual le afectaba hasta el punto de verse recortado en su sueldo alrededor de un 80%. El ex –futbolista actualmente ejerce de entrenador en Méjico, llevando el banquillo del histórico Pumas (club muy vinculado a su amigo y ex –compañero Hugo Sánchez) de la liga centroamericana, que como la grandísima mayoría de competiciones en todo el mundo (si nos centramos en el fútbol sólo tengo constancia de que no hayan parado en Bielorrusia y Nicaragua) ha interrumpido su calendario. Escuchando a nuestro compatriota, el bueno de Michel no sólo afirmaba que comprendía la decisión del club, si no que desvelaba que el recorte en principio iba a ser menor pero fue su propia insistencia la que instó a sus superiores a tomar una medida tan drástica. El madrileño confesaba que lo hacía para que otros empleados del club menos afortunados (jardineros, utilleros, limpiadores… o servicios de mantenimiento en general) no viesen tocados sus bolsillos en una entidad que en buena justicia está intentando (en palabras del propio Michel) que los trabajadores a su cargo con una nomina mensual inferior a 40000 pesos (unos 1500 euros) no vean recortados sus ingresos.



Nunca ha hecho gala Michel de ninguna ideología política. Sí conocemos su compañerismo y solidaridad dentro y fuera de su profesión, como demostró cuando al lado de Butragueño encabezó el comité de huelga de los futbolistas en la huelga general de 1988, o sus reivindicaciones para que la federación española asegurase a los jugadores y se hiciese cargo de los lesionados vistiendo la camiseta de la selección nacional. No creo que la solidaridad sea una cuestión de izquierdas o de derechas si no de comprender en que mundo vives y ser consciente de tus privilegios en comparación con una gran parte de los conciudadanos que te rodean y no tienen los ingresos de un profesional del fútbol de élite. Privilegios que te los has ganado en buena lid con tu trabajo, como es el caso de Michel, cuyos orígenes hay que situarlos en el barrio de Ciudad de Los Ángeles, ubicado en el distrito de Villaverde, uno de los más pobres de la capital española, pero privilegios al fin y al cabo.



Desconozco el salario actual de Michel llevando el banquillo del Pumas, pero dudo que esté siquiera entre los 50 entrenadores mejores pagados del mundo. Si abrimos el abanico al mundo del fútbol en general, considerando tanto entrenadores como jugadores o incluso directivos que perciban un salario exclusivo del club para el que trabajan, me cuesta imaginar que llegue incluso a situarse entre las 300 personas que más ingresen gracias al fútbol. Dudo que Michel esté lejos de poder considerarse lo que llamaríamos un “millonario”. Simplemente es un tipo al que la vida le ha ido bien y él lo sabe.



El comportamiento de nuestro ex -internacional contrasta con la noticia que escuché minutos después respecto al rey de Tailandia, el monarca más rico del mundo al frente de un país en el que recordemos que el comunismo está prohibido, quien ha aprovechado la cuarentena mundial provocada por el covid-19 para alquilar un hotel de lujo en los Alpes alemanes rodeado de 20 concubinas. La obscenidad ha sido tal que el sufrido pueblo tailandés ha comenzado a preguntarse el motivo por el que tener un rey, cuyo único propósito en la vida parece ser el de vivir a cuerpo de idem. El sinsentido de que alguien por una mera cuestión genealógica disponga de más privilegios que la gran mayoría de los seres humanos que le rodean.



Del humilde barrio obrero de Ciudad de Los Ángeles al lujoso palacio real tailandés, las realidades que nos muestra el mundo frente a esta crisis que está asolando el planeta no pueden ser más diferentes entre sí. Y es que muchas veces los reyes de verdad no llevan corona, si no sentido común. Cualquiera con dos dedos de frente comprende que vivimos un mundo histórico en el que nos va a tocar sacrificarnos y que en base a esos privilegios que cada cual posea, ese sacrificio ha de ser mayor. O parafraseando al gran Peter Parker, “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”.




No hay comentarios:

Publicar un comentario