Max Ernst, de su serie "Una semana de bondad" |
Acaso
no recuerdas el vértigo de tu senos
cuando
todo era un ocaso de la tragedia
construido
desde el mediodía de nuestras miserias.
Fue
una mañana en la que nos revolcamos en un delirio abstracto,
en
un lodo mancillado de esperma benevolente,
una
aureola salvaje,
escuadra
y cartabón de agitación malsana.
No
lo recuerdas,
claro
que no lo recuerdas
sencillamente
porque nunca sucedió,
pero
investiga en la profundidad de tus pezones
y
verás que un día en ellos se rodó un capítulo de “Vacaciones en
el mar”
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