"Los tigres" (Salvador Dalí) |
Bajo las
palmeras,
Agitando la
vida en burbujas de metacrilato
Subyace el
veneno de los felinos que no se dejaron domesticar.
No comen de la
mano de nadie
Pero beben
sobre el abdomen de sus hijos bastardos
Y olisquean el
trasero de la necedad.
“Van como
locos”, susurra una vieja
Encerrada en
una urna de cristal conectada a un estúpido “reality show”.
“Tienen un
aire descarnado”, afirma un retratista circunspecto.
Mientras tanto
preparan una infusión de moscas en sus tazas de té
Y untan de
excremento los panecillos de su merienda.
Uno de ellos
desabrocha su albornoz
Y se antoja un
coro de mariposas fálicas
Una orquesta
que resuena gritos de champán
Y toneladas de
semen de tormenta.
“Esta juventud
no respeta nada”, espeta el mayordomo de una secta nudista
Que frota una
lámpara de aceite con olor a ricino.
“Son el sueño
de la razón, que produce monstruos”, sentencia un hombre llamado caballo.
Para concluir
la fiesta una por una van desfilando las once mil vergas de Apollinaire,
saludando a la audiencia y portando banderas de países exóticos como Sesofralandia,
la República Bergumesiana o El Satrapador.
“Van como
locos”…
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