"Chat au clair de lune" (Theophile Alexandre Steinlen) |
Siempre llueve sobre las almenas de tus ojos
Siempre
llueve sobre las almenas de tus ojos
y sobre los
orificios de tus dudas,
de tus veinte
años y tu alma rota
y tu herida
desconsolada de un vientre sincero.
Te arrimas a
la vida con voz de velero,
con una
mirada de aliento nostálgico
y un beso de
perdón sobre las rodillas
de las pequeñas
aventuras que vivimos juntos.
No intentes
descifrar mi mirada,
ni los
jeroglíficos de mis arrugas.
Sólo piensa
en la tormenta que se vacía en tus senos
y en tus
veinte años y tu alma rota.
VUELA PLUMA
Grande
es la noche que nos cobija,
pequeño
el aliento que nos reprime,
grande
es la noche, el vino, y el alma,
y
los pasos ensangrentados...
Las
estrellas dictatoriales marcan el destino,
sólo
podemos seguir el rastro de la sangre,
la
muerte segura,
la
Luna,
el
amor maldito
y
los cohetes...
Besos
de extrarradio, películas del infinito,
años
caducos, edades perdidas,
camisas
magulladas y cuellos de limosna...
Perdón,
al
maldito Edén por nacer tan puro y morir tan pobre,
por
abrazar el Mal y la Belleza
y
robar los misterios de la Vida.
Perdón,
al
maldito Dios por andar descalzo y roer sus ojos,
por
lamer la Tristeza y la Miseria
y
robar los misterios de la Vida.
Perdón,
al
maldito Amor por toser tan alto y tan fuerte gritar,
por
besar la Muerte y el Espanto
y
robar los misterios de la Vida.
bencedrina y seducción
Huelo tus
huellas melancólicas y colecciono tus lágrimas,
te amo en un
segundo,
en una
conspiración silenciosa de jadeos,
en un
atardecer de minutos infinitos.
Podría seguir
tus pasos hasta el fin de los días
y el
principio de la locura,
podría besar
tus labios manchados de cicatrices
y podridos de
bencedrina.
Podría
iniciar una revolución,
o secuestrar
al presidente de un país occidental,
o podría
también escribir a mano todos los pecados que cometimos juntos.
Podría
cortarte en pedacitos y venderte por cupones,
o quizá
subastar tu número de teléfono y la dirección de tu camello.
Podría
también lamerte pero me saldrían llagas en la lengua
y la
congestión se convertiría en gula.
Prefiero
saberte, y de tus sábados,
y ser la
comida de tu gato
y el juguete
de tus niños,
y escribir tu
nombre en los retretes
y tu firma en
los retratos,
y vomitarte
piropos
y tragedias
en formas de verso.
Sabes que no
tengo rima,
sólo nicotina
en los pulmones.
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