Si el mito patrio de la Reconquista
cristiana nace en Asturias con la Batalla de Covadonga, bien pudiera
decirse que la reconquista de la sanidad nace en el local asturiano
en el que el ingeniero Marcos Castillo ha desarrollado un prototipo
de respirador desde una impresora 3D, con el bajo coste que ello
supone. Aunque el propio profesional reconocía hoy emocionado que la
idea le llega desde Canarias, donde el anestesiólogo Ramsés Marrero
insiste a su compañero de resistencia en embarcarse en esta
maravillosa aventura a la que se han ido sumando todo tipo de
profesionales de distinto tipo para conseguir en solamente 96 horas
tener preparado el nuevo respirador. Todo ello ha supuesto una media
de dos horas de sueño por jornada, como reconocía Castillo esta
tarde en la cadena SER, pero en un momento tan delicado como este la
iniciativa particular y altruísta de estos ciudadanos es sin duda
alguna la noticia del día en otra jornada necesitada de buenas
noticias. Si el prototipo tiene éxito hablamos de un invento que
puede aliviar sobremanera el colapso de los servicios sanitarios al
que nos ha llevado la actual pandemia.
España necesitaba una noticia así, un
empujón anímico tan descomunal que hace palidecer y deja en
absoluto ridículo toda nuestra verborrea en redes sociales buscando
culpables y cargándonos de razones tirando piedras y escondiendo
manos. El propio Castillo lo dejaba claro esta tarde, esto es obra de
todos los que están ahí detrás empujando, tanto él como los casi
dos millares de profesionales anónimos y desconocidos entre sí que
se han sumado al proyecto Coronavirus Makers, como los ciudadanos que
sin conocimientos ni habilidades técnicas para luchar contra la
pandemia están, estamos, dando nuestro aliento y nuestro aplauso y
empeñados en que no se puede decaer en ningún momento. No vamos a
bajar los brazos en ningún momento, y no puedo por menos que
emocionarme ante esas 96 horas de trabajo prácticamente continuado
desde Asturias hasta Canarias que ha llevado a que tengamos este
nuevo arma en forma de respirador en nuestras manos. Y resulta
realmente llamativo que tras varios días en los que hemos vivido
envueltos en el ruído de caceroladas en una u otra dirección y
peleados en luchas ideológicas que nos dividen y hacen más fuerte
al virus, las noticias sobre el trabajo de los Coronavirus Makers
hayan pasado tan desapercibidas.
Si quieren irse a la cama con buen
sabor de boca al menos una noche en esta semana tan cruenta, escuchen
la breve pero contundente y emocionalmente demoledora intervención
de Marcos Castillo esta tarde en las ondas:
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