domingo, 21 de septiembre de 2014

SOLSTICIO DE SAUDADE








Viene el Otoño a irrumpir en Domingo como metáfora de que no hay más verano que el Sábado.

Viene el Otoño a mancillar nuestras luces y vahídos.

Tocaron a su fin las noches de terciopelo, las caricias de Baco, y las bofetadas del Atlántico.

Viene el Otoño a recordar que la noche se cierne.

¡Toque de queda para la felicidad!

Su Majestad la Melancolía se abre paso por las calles angostas del alma. Suena la fanfarria de la desesperación.

Viene el Otoño a llenar de espanto las almenas de nuestros ojos.

Hoy estoy triste porque ayer fui feliz. Extraña matemática del desconsuelo.

Viene el Otoño como hombre en la guerra. Como el hambre. Como un manto de hastío.

El Otoño es la tilde diacrítica de nuestras vidas. El desgarro y la emoción desorientada.

Viene el Otoño para que las canciones de Teenage Fanclub cobren sentido.

Suma puntos el marcador de la pena y no hay venganza ni plato frío. Sólo cucharas de plata henchidas en el orgullo del hematocrito.

Viene el Otoño tirando la puerta.

Al final sólo era un problema de educación, no le enseñaron a pulsar el timbre.

Viene el Otoño con sonrisa afilada y los poetas se calzan los guantes de boxeo. El asalto de las taquicardias, el baile moribundo de las neuronas.

Viene el Otoño... ...pero de todo se sale.






No hay comentarios:

Publicar un comentario