miércoles, 29 de agosto de 2018

FRANCO SIEMPRE GANA






Atado y bien atado.





¡Cómo Stallone! ¡Cómo Schwarznegger! ¡Cómo Van Damme! ¡Cómo Bruce Willis! ¡Cómo Resines! ¡O cómo Rocco Sifredi! Francisco Franco, el genuino “action hero” español, enseña nacional del anticomunismo, liberador de la patria y el cristianismo, siempre gana. El general dictador que lo dejó “todo atado y bien atado” sigue ganando batallas desde la tumba.


Y es que piénsenlo bien. Pase lo que pase la victoria, la razón, vuelve a estar del lado de los de siempre. Los que no sólo ganan guerras, es que no admiten segundas partes. Si Franco sigue por los siglos de los siglos, “ad eternum”, descansando en su mausoleo porque sacarlo de ahí es “desenterrar los fantasmas del franquismo”, como dicen algunos, consigue su victoria física, perenne, de símbolo eterno para nostálgicos de las épocas en las que se dictaba “orden y seguridad” a porrazo y tentetieso. Sí, como se lleva años intentando, finalmente y en un acto de normalidad se le da sepultura común despojada de honores, su victoria será la del victimismo (terreno para el que ya la llevan abonando tiempo ha los “perofranquistas”), pobre dictador cuya memoria ha sido víctima del vil rojerío vengativo que sólo busca romper España.


Y es que este moderno “perofranquismo” (los de “yo no soy franquista pero…”) ha venido a salvar al franquismo, ese movimiento que nos decían residual pero quizás no lo sea tanto. Si la llegada de inmigrantes a nuestro país ha quitado las caretas del racismo de nuestra sociedad (mostrando el movimiento "peroracista", el de "yo no soy racista pero es que viene un negro en patera y le dan de todo, una casa, coche, suscripción a Netflix y un abono en el Bernaneu"), una decisión que en la mayoría de países europeos no ofrecería debate ha puesto de manifiesto que el franquismo no es cosa exclusiva de cuatro “freaks” nostálgicos que comen churrasco en Casa Pepe mientras cantan el “Cara al Sol”. Personajes a los que mirábamos incluso con ternura mientras nos hacíamos fotos con ellos, como vestigios de otra época que nunca va a volver, nunca debería volver. Quizás suceda como con Aznar cuando nos confesó que hablaba catalán en la intimidad, y en realidad personajes tan exóticos como los alcaldes de Beade o Baralla, quienes manifiestan su franquismo sin complejos, conviven con franquistas reciclados que han permanecido años callados, pero en cuanto han visto la posibilidad de sacrilegio sobre el mayor de sus símbolos han descubierto su verdadera naturaleza (eso sí, siempre con el “yo no soy franquista” por delante) Estamos a un simple paso de que aceptemos con naturalidad el discurso de que la dictadura de Franco fue una bendición para España, o cuanto menos un mal menor frente al comunismo y la judeomasonería, movimientos que siguen controlando el mundo en la sombra, hoy día además apoyados por los lobbys homosexuales, feministas, musulmanes y negros, todo en un batiburrillo ideológico que conspira a base de ingeniería social para acabar definitivamente con el hombre blanco católico occidental y heterosexual, cosa que según los alarmistas conspiranoícos está a punto de suceder, pese a la resistencia de Rusia, actual “reserva espiritual de Occidente” y donde todavía se puede contemplar el mausoleo de Lenin. Quizás ese debería ser el nuevo lugar de peregrinación para los franquistas españoles.


Transcribo literalmente frases leídas estos días y semanas, escritas o dichas por distintas personalidades de la sociedad española o de los medios de comunicación, en algunos casos se trata de personas nunca declaradas ni reconocidas como franquistas ni simpatizantes del movimiento:


Franco gobernaba pacíficamente en España… la mayoría de los españoles estaba encantadísima con su Caudillo” (Juan Manuel de Prada, artículo de opinión en ABC)


Por la vileza del Gobierno y la cobardía de la Oposición, vamos a asistir al triunfo de la manipulación más paradójica de nuestra historia: desenterrar al dictador que ganó la guerra a los partidarios de una dictadura comunista… Ideológicamente, supone también el triunfo póstumo de Franco, que no creía que los españoles estábamos hechos para vivir en democracia” (Federico Jiménez Losantos, artículo de opinión en Libertad Digital)


Tienen los resentidos muchas cosas por derribar previamente. La Seguridad Social, fundamental obra personal de Franco. La gran red de Hospitales Públicos, desde La Paz y el Piramidón al Gregorio Marañón, que se llamaba Francisco Franco cuando en maternidad no reservaban una planta entera para que no fueran molestados ni incomodados los padres de dos mellizos. Y pueden y deben pulverizar y dinamitar todas las grandes obras públicas del franquismo, y ahora que estamos en verano, los pantanos principalmente. Todas esas obras se construyeron en una situación económica cercana a la ruina, y con unos impuestos ridículos” (Alfonso Ussía, artículo de opinión en La Razón)


"Franco sólo fue un hombre, con sus aciertos y errores. No merece tanta atención e inquina por su parte. Si creen en Dios, dejen que sea el Supremo Juez el que le juzgue" (Alex Navajas, artículo de opinión en Actuall)


La Historia castigará a quien profane este Templo grandioso, no por el tamaño de la Cruz, sino por el fraternal abrazo que representa, acogiendo bajo sus brazos a un solo pueblo reconciliado” (Luis Alfonso de Borbón en su cuenta de Facebook)


Tenemos la sanidad pública gracias a Franco, todo el mundo tenía trabajo en esa época” (Kike Calleja en “Sálvame”, Tele 5)


 “Este es el plan: Exhumar a Franco, luego volar la cruz, santificar al Frente Popular, demonizar a la Iglesia, debilitar al Ejército, disolver la guardiacivil, prohibir los toros, abolir la Monarquía, deslegitimar la transición, trocear España... No pararán hasta conseguirlo...” (José Manuel Soto en su cuenta de Twitter)


Pero nada comparado con la DECLARACION DE RESPETO Y DESAGRAVIO AL GENERAL D.FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE. “SOLDADO DE ESPAÑA” firmada por 181 militares retirados, algunos con cargos tan importantes como Juan Enrique Aparicio, quien hasta 2016, solamente hace dos años, fue Jefe del Mando Personal del Ejército de Tierra español, Alberto Asarta, ex –jefe de la misión de la ONU en Líbano, o Emilio Pérez Alamán, ex –jefe del Mando Militar de Canarias. Una declaración que tristemente constata la realidad de que en un estamento tan importante como el ejército, el franquismo ha seguido instalado en gran parte de las altas esferas.

Habrá quien esté ya pensando en el proverbial “y tú más”, tentado de contraatacar con artículos y pensamientos anti-franquistas (de hecho los 181 militares franquistas ya han recibido contestación por parte de otros soldados en activo y guardia civiles quienes además si se enfrentan a sanciones, no como los firmantes retirados) en el colmo del disparate, equiparando la oposición a un totalitarismo fascista con la adhesión a dicho régimen, cuando precisamente lo lógico y lo normal en un país democrático sería el desprecio a cualquier mínimo vestigio de un pasado totalitario. No obstante, y afortunadamente (pese a lamentables casos que no vamos a recordar ahora) en España se disfruta de una buena dosis de libertad de expresión, y evidentemente cada cual es libre de adherirse al pensamiento que considere oportuno y elegir como salir retratado en la foto. Pero que no nos engañen con que el franquismo es cosa de cuatro pelagatos sin oficio ni beneficio. La nostalgia franquista ha estado siempre presente en una gran parte del pueblo español. Simplemente se trataba de un traje que no se atrevían a ponerse en sociedad. Reciclarse en un centro-derecha moderado, o peor todavía, en un liberalismo de pega que nadie puede creerse y al que se le ven las costuras en cuanto se tocan ciertos temas claves (aborto, inmigración, prebendas de la Iglesia, derechos de los homosexuales,  seguridad ciudadana, fuerzas del estado, y por encima de todo, una identidad unitaria española en la que no cabe debate de ningún tipo) ha servido para alejarles del foco mientras dejaban a unos cuantos descerebrados la visibilidad de la añoranza de la España una, grande y libre. Descerebrados que sin complejo alguno no han renunciado al franquismo en ningún momento. Descerebrados, sí, pero al menos coherentes, a diferencia de estos casposos nacionalistas españolistas que igualmente se levantan cada mañana pensando en una nueva cruzada (comunistas, izquierdistas, rojos, demócratas, centristas, derechistas, liberales, feministas, homosexuales, bisexuales, ecologistas, inmigrantes, negros, africanos, musulmanes, judíos, orientales, vascos, gallegos, catalanes… siempre hay una cruzada que librar) para defender ese concepto de España que no entiende discrepancia alguna. La España del inmovilismo absoluto. La de “el Valle no se toca”.

De modo que Franco siempre gana. Atentar contra su glorioso recuerdo supone enfrentar a los españoles, enturbiar el ambiente, distraer la atención, y, ojo, incluso cargarse la democracia. Desde el argumento de los de “yo no soy franquista pero exhumar a Franco es crear un clima de confrontación” hasta los de “yo no soy franquista pero esto es claramente el primer paso para cargarse la democracia e instaurar una dictadura comunista”, tienen ustedes un amplio abanico de razones para que el señor que lo dejó todo “atado y bien atado” siga atando nuestras manos, la de unos españoles que queremos avanzar de una vez y olvidar el pasado, ese que los “perofranquistas” dicen no importarle, pero no cesan en su empeño de recordarnos lo malas que fueron las repúblicas, la suerte de que ganase Franco y no “los otros” (de que ganase una guerra civil iniciada única y exclusivamente precisamente por el bando vencedor), y de hacer cabriolas interpretativas sobre la realidad de una dictadura de 40 años, cuyo último y definitivo vestigio permanece como el mayor tabú nacional por encima incluso que el de la monarquía borbónica.



Franco siempre gana. Es el bueno de la película. 





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