lunes, 8 de abril de 2013

MARGARET ON THE GUILLOTINE


Revueltas por el thatcheriano impuesto "poll tax". Trafalgar Square, 1990.



Nos ha dejado Margaret Thatcher. La dama de hierro en el país de los Iron Maiden, quien con implacable mano férrea dirigió los designios de la Gran Bretaña durante la década de los ochenta. El equivalente femenino a Ronald Reagan. Una cowboy de corpiño y camisón. Dicen que padecía en los últimos tiempos de una considerable demencia. Quizás por ello no habrá podido disfrutar del momento actual en el que vivimos, la hecatombe global neoliberal de la que ella fue una de sus grandes avanzadas y de la que debiera sentirse orgullosa, viendo como los discípulos del infame Milton Friedman han conseguido imponer sus doctrinas, con la protección de las grandes fortunas y el empobrecimiento cada vez mayor de una clase media con tendencia a la extinción. O quizás, quien sabe, precisamente su demencia fuese provocada por un solo instante de lucidez en el que reconociese todos sus atropellos y tropelías con el poder en la mano.  

Desempleo (heredado del laborista James Callaghan, pero al que no supo o no quiso darle solución… lejos de ello, la tasa de paro aumentó durante prácticamente todo su mandato), tensiones raciales (con su epicentro en Bristol), manifestaciones, revueltas callejeras, el “poll tax”, recortes sociales, la Guerra de Las Malvinas y su propagandismo panfletario, o su enconada lucha con los sindicatos y el sector minero, son parte del legado más reconocible que dejó durante sus once años de política socialmente conservadora y económicamente liberal. También le debemos que músicos como Paul Weller, Billy Bragg o Joe Strummer escribieran algunas de sus canciones más airadas, aunque nada comparable a los Crass en 1982 preguntándole como se sentía siendo la madre de un millar de muertos, en referencia a las jóvenes víctimas de la Guerra de Las Malvinas, o al inefable Morrissey pidiendo para ella la guillotina en su primer trabajo en solitario. Al fin y al cabo y para quienes tenemos cierta edad es otro de esos elementos del más puro imaginario ochentas, como los pelos cardados o La Bola de Cristal. Lo peor es que su legado sigue muy vivo, lo cual para muchos significa que existe la Esperanza... supongo que creen que aún podemos ser más explotados. Nuestra capacidad de sufrimiento a veces parece no tener límite.


“Margaret on the guillotine” (Morrissey, “Viva Hate”, 1988)

The kind people 
Have a wonderful dream 
Margaret on the guillotine 
Cause people like you 
Make me feel so tired 
When will you die ? 
When will you die ? 
When will you die ? 
When will you die ? 
When will you die ? 

And people like you 
Make me feel so old inside 
Please die 


And kind people 
Do not shelter this dream 
Make it real 
Make the dream real 
Make the dream real 
Make it real 
Make the dream real 
Make it real

2 comentarios:

  1. 12 millones de Euros, 12, qué se dice pronto, para el funeral de esta "señora", mientras un amigo me confirmaba que las familias españolas empiezan a tener serios problemas para darles a sus difuntos un adiós digno...
    Este ha sido el último servicio al "neo"liberalismo de la Thatcher. Parece que la estoy oyendo..."os daré por el culo, incluso después de muerta".

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  2. Pues sí, una canallada, y una muestra más de que por un lado están los líderes políticos, y por otro el pueblo... lo que manda narices es que haya todavía gran parte del pueblo que sigue del lado de esta gente...

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