sábado, 29 de diciembre de 2018

LA PRESENCIA



"Dr. Jekyll and Mr. Hyde" (1931, Rouben Mamoulian)




No puedo precisar cuando comenzó... aquellos días disolutos, de tragedia vertiginosa, no dejaban atisbo para mirar el calendario. No puedo recordar si fue a los tres, cuatro o cinco días de entregarme al tobogán alcohólico que siempre sucede en navidades. Pero sucedió. De repente estaba ahí. En esas rondas de siete u ocho amigos yo contaba uno de más. Caminábamos por la calle y hablaba con uno o con otro pero sentía que había alguien más. Sentía un calor sobrenatural que podía achacar al efecto del vino tinto. Era al mismo tiempo una carga y un descanso. Sentía placer, calor, confort, al mismo tiempo que aquella inquietud me mataba. No estaba solo.


Del mismo modo que no puedo precisar cuando comenzó no puedo precisar cuando fui consciente de la presencia. No recuerdo si fue ante la cristalera de un bar o en el espejo de un baño... pero de repente apareció, sigo sin estar seguro de que apareció porque se manifestó o porque de una puñetera vez me di cuenta de su presencia, de que no estaba solo. Y allí estaba. Viejo, carcomido, desdentado, pálido y ojeroso... la misma aterradora presencia con la que llevaba conviviendo tantos y tantos años sin darme cuenta. Pude reconocer todos sus rasgos, arrugas, cicatrices y heridas. Lo reconocí todo con tanta evidencia que aquella presencia sobrecogedora no tuvo el menor problema en presentarse ante mí: en efecto... era yo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario