lunes, 24 de diciembre de 2018

REPUDIO EN DO MAYOR










“Hola” dice el salvaje saludo escupido desde la cloaca... estoy aquí vivo e infecto al lado de mis hermanos los versos.

Todo es una neblina y atrocidad manejada en mil mares de cuchilladas y ortodoncias.

La pirámide de los sentidos octogonales. La trampa del cerebro creador. El columpio del manifiesto surrealista. El tablero de ajedrez de mi suicidio y congoja, dulce suicido leve congoja.

La brocha de afeitar con la que me
corto las venas, el peine con el que afino las notas de mi pene. El neceser de la locura. El placer hecho pedazos de ingeniera capilar y redención autómata.

Así se asoma al espejo el hombre del siglo XXI cultivado en las tragedias de sus predecesores: hábiles tragafuegos, comesables, etc...

La pesadilla del vacío intestinal...

Todo es una tragedia de andar por casa, con batín y zapatillas, y la poesía convertida en el jeroglífico trágico de nuestras vidas que dan al retrete que es el morir. El sueño surrealista es la pesadilla barroca, el aliento renacentista, la ortodoxia del verso. La vida a través de una ventana y cuesta abajo y etcétera... el peso de mis alforjas son los años consagrados al desastre. Cuanto más veneno más poesía. Cuanto más poesía más verdad. Cuánto más verdad menos vida. Cuanto menos vida más veneno. Cuanto más veneno y etcétera otra vez...


El ojo del gato es el mausoleo eterno.


La mirada vidriosa es el consuelo del espectador patético,el del aguinaldo de fuegos fatuos y espíritus santos de apariencia ornitológica...


Cumplí tanto con la vida que me puedo permitir el lujo de estrangular vuestro deseo...

...taquicardia de cartón piedra, aquí soy feliz.

¿Alguien me oye?, en este desvarío soy/siempre/he sido/seré feliz.

Me bendigo en la eutanasia.

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