sábado, 20 de febrero de 2021

COMO DESARROLLAR UNA LÍNEA DE PENSAMIENTO ABSOLUTAMENTE ÚNICA

 





A menudo, en las mañanas de los domingos pescando en el lago Tahoe con mis compañeros miembros del Club de Divorciados Cornudos y Solteros Mancillados, entre ellos prestigiosos cirujanos cardiovasculares alcohólicos, jugadores de ajedrez con un Elo de 980, y campeones mundiales de papiroflexia, me preguntan como he llegado a desarrollar una línea de pensamiento absolutamente única, como, en definitiva, he llegado a convertirme y erigirme como el paradigma del librepensador que haría las envidias de cualquier cultura clásica humanista, desde la Grecia de Aristóteles hasta la España de C. Tangana. Es por ello que me he decidido a escribir este pequeño manual para las generaciones futuras que puño derecho en alto cantarán un “sieg heil!” pleno de orgullo y romanticismo (siempre hay romanticismo en estas mierdas), estos son mis consejos para un mundo futuro de librepensadores liberados de prejuicios.


Lo primero es cuestionarte que no hay ninguna verdad absoluta, lo cual llevado al absurdo quiere decir que si en efecto no hay ninguna verdad absoluta, no existe la verdad absoluta de que no exista verdad absoluta, con lo cual cabe la posibilidad de que si exista la verdad absoluta. Una vez comprendido esto y haber contribuído a la cuenta corriente de tu camello puedes avanzar en esas líneas de pensamiento que te llevarán a un pensamiento absolutamente único e intransferible.


Liberado de la mayor tiranía del pensamiento, la de la verdad, queda liberarse de la siguiente, la de la objetividad. Verdad y objetividad son los dos grandes elementos totalitarios del pensamiento, los Hitler y Stalin del intelecto. Queda entonces refugiarse y ser uno con los estados naturales del ser humano... lejos de la verdad el engaño, la trampa, el truco, y lejos de la objetividad la subjetividad. La a menudo despreciada semántica aquí viene a echarnos una mano... si usted es un sujeto su percepción de la realidad, ergo por tanto y por ello su línea de pensamiento, se basará en la subjetividad, nunca en la objetividad, propia de los objetos (computadoras en este caso) Si usted es un humano y no un robot pensará de manera subjetiva, nunca objetiva.


La subjetividad evidentemente supone una enorme liberación que responde a nuestra condición humana, las de las imperfecciones, taras, enfermedades, vicios, y por supuesto contradicciones. Ningún ser humano que aspire a una línea de pensamiento única puede renunciar a sus contradicciones, así se manejará entre el deseo de comer y la necesidad de adelgazar, el amor a su esposa y la pasión por la vecina del tercero, y por encima de todo, la contradicción de querer vivir sabiendo que como todo ser humano tiene fecha de caducidad y algún día morirá, ¿cabe mayor absurdo que este, el de una vida que irremediablemente acabará en muerte?, precisamente este absurdo y contradicción es lo que ha empujado a varios de nuestros congéneres a escribir una gran multitud de obras maestras, esa condición de mortales con anhelo inmortal, como deseaba Unamuno... ese dejar huella en páginas emborronadas de letras asesinas. Y así desde Cervantes hasta Eduardo Mendoza. La conciencia mortal del ser humano ha sido una bendición para las artes, la certeza de lo efímero de nuestra existencia ha empujado a los mejores de nuestra especie, a los más dotados, a empeñarse en dejar huella.


Una vez liberado de esas piedras en las ruedas que nos impiden avanzar, verdad y objetividad, cabe enfrentarse a una realidad todavía más aterradora: su línea de pensamiento será exclusivamente única, pero no será usted el único padre de la misma. Aterrador, ¿verdad?, imagínese en el paritorio con su mujer arrojando desde su vientre un pequeño y querúbico ser humano al que usted abraza con fervor paternal pero algo en su interior le dice que no ha sido el único en inocular esperma en ese milagro de la vida. Nadie piensa nada nuevo del mismo modo en que constántemente estamos pensando en algo nuevo. Otra contradicción (gracias Unamuno) de nuestra especie.


En clase de filosofía en el instituto recuerdo cuando abordamos el debate sobre la imaginación creadora frente a la reproductora. Desde un punto de vista poético y romántico (otro lastre, siempre, el romanticismo) nos inclinaríamos a pensar en la posibilidad de una imaginación creadora (y la primera imaginación creadora fue la que creó a Dios), un “huevo o gallina” que nos lleva a un debate “ad eternum” pero si tenemos que ceñirnos a la realidad y al pragmatismo, es decir, a lo único que tenemos y podemos abrazar, toda imaginación, y por tanto toda creación es siempre reproductora. Cualquier monstruo o criatura que usted vea en la más reciente película de terror no será una creación, si no una reproducción. Será más grande, más pequeña, con más o menos pelo, garras, cuernos, rabo, etc, pero será una combinación de elementos ya conocidos. Uno de los más antiguos fenómenos de la antigüedad es el cíclope, simplemente un gigante (es decir, un hombre de gran tamaño) con un sólo ojo (es decir, un hombre que en vez de dos ojos tiene uno), ¿creación... o reproducción de otros elementos ya conocidos anteriormente y ordenados de otra manera? El unicornio, ¡un caballo con un cuerno!, seamos sinceros, ¿creación... o reproducción de un caballo al que se le pone un cuerno?



Y así, su línea de pensamiento única e intransferible será en realidad un mejunje de otros pensamientos. No se puede llegar a esa línea de pensamiento absolutamente única si no es a partir de ciertos referentes, como yo digo, herramientas para el pensamiento, aquí algunos de mis favoritos:


-Zoroastro/Zaratrusta

-Santo Tomás de Aquino

-Karl Marx

-Groucho Marx

-Miguel de Unamuno

-Leon Tolstoi

-Oscar Wilde

-G.K.Chesterton

-Woody Allen

-Omar Pedreira García


Si no se puede abarcar todo por limitación neuronal, quédense entonces con Santo Tomás de Aquino y Karl Marx, creo que con esos dos autores, si son capaces de llegar a ellos desnudos de prejuicios y con los chakras limpios, podrán instalarse en la mirada de la sociedad, al menos occidental, de nuestros últimos siglos y era moderna. De banda sonora, evidentemente un disco de los Housemartins sería lo ideal.


Una vez llegado a este punto, ¡enhorabuena!, usted habrá alcanzado una línea de pensamiento absolutamente única del mismo modo que se dará cuenta de que, efectivamente, no le va a servir de nada.


¿Y qué más da?, ¡si vamos a morir todos!


A todo esto, el eminente cirujano Manuel Raquel ha pescado un salmón que me hace plantearme mis creencias, ¡qué rico bacalao por Jehová!









1 comentario:

  1. Disertaban sobre Alan Watts y su camino del zen tao icónicos del indalo escuchando el Hechizo de Babilonia cuando surge este palimpsesto compilado.¡Por Santa Brígida! La fanfarria de Nietzsche orbita por la Plaza Elíptica de tu Odisea y en Bulva Lactuca bajo un manto de luz de ropaje,atuendos y pleitesía persa.
    En un lejano café vienés de las cícladas , Cleopatra fusiona su jazz egipcio con un remedo de Mozart duro de oído.
    Vespasiano en los dolomitas bebe un doble bien tirado con dos dedos de espuma y giste denso por Patroclo mientras Strauss & Wagner viajan hacia tierras de la Vega searching to Frasier Krane & Kroger a ver a los Celtics, Supersonics...

    ResponderEliminar