miércoles, 13 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS (XXXVII): LEYENDA NEGRA










Una de las características principales del nacionalismo, y hay que recordar siempre por detrás del victimismo, según el cual el infierno siempre son los otros y la nación en cuestión vive oprimida por diversos enemigos tanto exteriores (otras naciones o potencias que pueden suponer tanto un peligro bélico o de invasión física de territorio como de competencia económica o cultural) como interiores (los habituales traidores a la patria, peligrosos elementos ideológicos que atentan contra la pureza y esencia del pensamiento nacionalista), sería otra de las características como digo la reivindicación del pasado glorioso en el que sol no se ponía en el imperio en cuestión por contra un presente gris en el que la patria o país ha perdido el fulgor de antaño debido a la culpa de los desnortados dirigentes actuales que han traicionado el auténtico espíritu nacional (entroncando por tanto con el victimismo que busca enemigos en este caso interiores) tendiendo puentes y abriendo fronteras al exterior en demasía (en nuestro continente no hay más que observar la “eurofobia” de cualquier nacionalismo y el empeño en cargarse la Unión Europea)


Así en España el nacionalismo actual, cuya punta de lanza proviene de la fundación DENAES (Defensa de la Nación Española), revestida de una pátina intelectual gracias principalmente al calor de una figura tan potente como el filósofo Gustavo Bueno, padre espiritual del movimiento quien en 2001 publicó junto a Santiago Abascal la obra “En defensa de España. Razones para el patriotismo español”, y sacudiéndose así la caspa del nacional-catolicismo del cual también beben igual que el nazional-bolchevismo de Limonov y el llamado “rojipardismo” se inspira por igual en comunismos y fascismos entroncando en el espíritu nacionalista y patriota, el nacionalismo español actual como decía mira a ese pasado glorioso imperial e imperialista, potencia “generadora” (siempre citando a Bueno) mientras reniega del presente papel de España en el mundo, errado y equivocado y preso de las garras de ciertos movimientos sociales ligados a la izquierda actual, la cual, como no podía ser de otro modo, no es que sólo sea también traidora a la patria, es que la principal traidora, el enemigo de España por antonomasia. Se presenta así a la socialdemocracia moderna como un sistema débil incapaz de defender la nación, con lo cual es inevitable el retorno a los totalitarismos que siempre han caminado parejos a los nacionalismos.


Mirar al pasado para desmontar mitos y derribar leyendas negras en base al rigor histórico es algo totalmente reivindicable. Contextualizar situaciones, diseccionar y comprender cada escenario es necesario. Incluso denunciar discursos repletos de maldad y odio hacia nuestra historia tejidos desde otras latitudes. Hacerlo envuelto en la bandera rojigualda apelando al patriotismo y buscando con ello el camino al poder político ya es otro tema y algo que hay que dejar a auténticos “profesionales” del vivir del cuento.


Lo que no puedo evitar es preguntarme es si dentro de varias generaciones, nuestros compatriotas españoles del futuro, mirarán atrás, a este 2020, y serán capaces de contextualizar y diseccionar nuestro presente como nosotros no estamos sabiendo hacer. Si se rebelarán contra campañas y bulos propios y extranjeros, contra periodistas de otros países que aluden a la inteligencia de nuestros ciudadanos o contra tertulianos patrios que hablan de un estado que torpedea la libertad del español de principios del siglo XX. Si se preguntarán cómo es posible que se diera pábulo a tanta información tan poco rigurosa como algoritmos australianos que nos sitúan como el país con peor gestión ante la crisis a la par que desde dentro nos empeñábamos en seguir clamando sobre una presunta censura en redes sociales (a lo mejor hasta se acuerdan de la Ley Mordaza) Si se fijarán en que a día 13 de Mayo de 200, cuando escribo esto, España arrojaba un porcentaje del 66,95% de recuperados (180470 de 269520, cifras extraídas de la web estadounidense Worldometer, una de las más completas en ofrecer estadísticas sobre la pandemia y con actualización a tiempo real), un 23,05% de casos activos, y un doloroso 9,98% de fallecimientos. Sólo Alemania presenta cifras más alentadoras (85,81% de recuperados, 9,7% casos activos, 4,47% fallecidos) Pero si nos comparamos con el resto de grandes países de nuestro entorno afectados por la pandemia parece que nuestra eficiencia sanitaria no sale tan mal parada. En Italia sólo se han recuperado el 49,29% de los infectados, mantiene un 36,73% de casos y los fallecidos ascienden al 13,97%. Francia ha recuperado al 32,42% de los pacientes, mantiene un 52,43% de casos activos y la tasa de mortalidad es del 15,14%. Nuestro vecino Portugal sólo ha recuperado a un 10,79%, pero sus casos activos son el 85,03%, por contra presenta un 4,16% de fallecidos. Reino Unido no presenta número de recuperados, sólo podemos observar su 14,43% de fallecidos y por tanto un 85,41% de casos activos ya que como decimos no informa recuperados (por si no se habían dado cuenta, aquí cada país hace las cosas a su manera) Fuera de Europa, en Estados Unidos se han recuperado un 21,06% de los infectados, mantiene un 73,01% de casos activos y han fallecido un 5,92% de los enfermos. Brasil recupera a un 40,73%, mantiene un 52,27% de enfermos y ha perdido un 6,99% de vidas del total de contagiados por covid-19.


Se preguntarán en definitiva los futuros españoles si realmente se hicieron tan mal las cosas en un país que afrontaba recientes recortes sanitarios y aun así mantenía una esperanza de vida muy alta (la más alta del mundo junto a Suiza y Japón), cuestionarán el patriotismo de quienes piden salir a la calle a manifestarse en plena pandemia y reprocharán su irresponsabilidad y falta de amor al país en unos momentos tan duros que exigían otra mentalidad que no fuera la pirotécnica e incendiaria. Derribarán en definitiva la leyenda negra de la España 2020 y la covid-19.


Mientras tanto seguiremos viendo como lo más “patriota” ahora mismo es salir a las calles sin respetar las medidas de seguridad a pedir la dimisión del gobierno insultando y agrediendo a las fuerzas de orden público.



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