viernes, 13 de marzo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS (III): I THINK I'D RATHER BE AT HOME LISTENING TO THE RAMONES!












Lo cantaban The Queers en uno de los más deliciosos versos dentro de un LP maestro que estaba plagado de ellos, como fue el “Love songs for the retarded”, una colección de himnos rotundos de principio a fin, entre ellos ese “Granola-Head” que retumbaba como solipsista lema punk-rocker a mediados de los 90 para jóvenes y coléricos cretinos como yo. No nos interesaban ni los bares llenos de gente, ni ligar con chavalas, ni estar a la última moda. Preferíamos quedarnos en casa escuchando a los Ramones.


Claro que la realidad era otra porque en la Ponferrada de los 90 disfrutábamos de un buen número de locales de rock and roll que convertía en misión imposible el quedarnos en casa. Saloon, Barracuda, La Meca, Metrópolis, Quijote... ¡qué suerte tuvimos!


Y ahora nos encontramos ante el primer fin de semana del estado de alarma por coronavirus. Era cuestión de días que llegásemos a la reclusión forzosa, y por desgracia pese a lo que escribí en las dos entradas anteriores de este diario, mucho me temo que haber dejado al libre albedrío del ciudadano la conducta a seguir durante esta crisis hubiera sido un poderoso aliado para la expansión del virus. No hace ni media hora todavía he visto alguna terraza alegremente montada en la calle ocupada por despreocupados e irresponsables compatriotas que, ya que ellos se sienten bien, a ver porque no van a darse el capricho de tomarse una jarra de cerveza aun existiendo la posibilidad de contagiarse o peor todavía contagiar a algún vecino en grupo de riesgo.


Ha sido una jornada agotadora, ha habido momentos en los que ya he llegado a perder la noción del tiempo. Todo ello rematando una de las semanas más estresantes que pueda recordar. Y no por volumen de trabajo, si no por capear el temporal en unas circunstancias tan adversas. Ese “clean living under difficult circumstances” de los mods trasladado al ámbito laboral. Pero lo hemos sacado adelante. Esto merecía celebrarse con una buena cerveza brindando con un amigo...


...pero una, otra más, de las cosas terribles que nos deja esto es que ahora mismo no se cuando podré volver a abrazar a mis amigos.


Toca quedarse en casa escuchando a los Ramones.






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