sábado, 14 de marzo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS (IV): SATURDAY'S KIDS










Saturdays boys live life with insults,
Drink lots of beer and wait for half time results,
Afternoon tea in the light-a-bite, chat up the girls, they
Dig it!
Saturdays girls work in tescos and woolworths,
Wear cheap perfume cause its all they can afford,
Go to discos they drink baby cham talk to jan, in bingo
Accents.
Saturdays kids play one arm bandits,
They never win but that's not the point is it,
Dip in silver paper when their pints go flat,
How about that, far out!
Their mums and dads smoke capstan non filters,
Wallpaper lives cause they all die of cancer,
What goes on, what goes wrong.
Save up their money for a holiday,
To selsey bill or bracklesham bay,
Think about the future, when they'll settle down,
Marry the girl next door, with one on the way.
These are the real creatures that time has forgot,
Not given a thought, its the system,
Hate the system, what's the system?
Saturdays kids live in council houses,
Wear v-necked shirts and baggy trousers,
Drive cortinas fur trimmed dash boards,
Stains on the seats - in the back of course!

(“Saturday's Kids” The Jam)



Primer sábado del estado de alarma. No ha estado mal. No he podido resistirlo y he salido a correr. No sé hasta que punto puede haber sido una irresponsabilidad, lo he hecho por una zona bastante aislada y apenas me he tropezado con algún transeúnte paseando a su perro. He paladeado cada uno de los diez kilómetros de esta tirada consciente de que pueden haber sido los últimos en unas cuantas semanas.

Me siento como un león enjaulado y esto no ha hecho más que empezar.

¿Podré tomarme un tinto de verano en una tintorería?

Parece una coña, pero al final el coronavirus ha logrado implantar un estado jacobino.

Mi primera reacción a lo de mantener abiertas las peluquerías ha sido, como la de la mayoría, la de tomármelo a coña. Posteriormente leyendo y escuchando a otra gente he caído en que, en efecto, puede haber personas incapaces de poder mantener su higiene capilar sin ayuda. La reflexión que me deja esto es que, una vez más (y todo el tema del coronavirus es un grandísimo ejemplo) nuestra tendencia natural es pensar en que no existe más realidad que la nuestra. La mía. Con mi salud, mis dos brazos y mis dos piernas. Cambiar ese chip mental debería ser prioritario si queremos vencer en esta lucha que trata realmente de mantener vivo el sistema.


Qué sábado más raro, pero sábado, al fin y al cabo. Con ese sabor, ese picorcillo especial... voy a echarme una copa.







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