lunes, 6 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS (XX): A HOUSE IN THE COUNTRY










Dentro de las múltiples caras del confinamiento, de las que algún día habría que hablar, porque sí, todos entendemos que hay que quedarse en casa, pero no es lo mismo el millonario que vive en un chalet con jardín y piscina que el currito que malvive en un zulo con ventana interior, creo que la vida de los pueblos es la que menos ha visto alterada su curso habitual. Hablaba de esto ayer con mi hermana, quien desde hace décadas vive en una pequeña aldea berciana habitada según el último censo por 69 seres humanos. Literalmente habló de una especie de “justicia poética”, quienes se han acostumbrado a vivir con menos, menos padecen la falta de según que recursos. Un poco esa vieja filosofía de “no es más rico quien más tiene si no quien menos necesita”.



Y la verdad es que estos días envidio a mi hermana. Su casa de pueblo, su pequeña parcela de tierra. Junto a su marido la construyeron hace años, con sus propias manos. Allí se hizo madre y allí sigue viviendo rodeada de sus libros, familia y gatos. Recuerdo una conversación con una vieja amiga que en clave feminista reprochaba su decisión. Como una mujer con estudios y carrera universitaria se retiraba a vivir a un pueblo y renunciaba a trabajar minimizando su valía profesional y dedicándose a llevar una casa y a la lectura compulsiva.



Yo desde hace tiempo lo tengo claro y ya tengo decidido que mi jubilación, si llego, quiero disfrutarla en el campo, en un pueblo, con una huerta, una gallina, y sobre todo libros, muchos libros que devorar a todas horas mientras crecen los tomates y las lechugas. Esta pandemia no ha hecho más que reafirmarme en esa decisión.






He don't need no sedatives to ease his troubled mind.
At work he is invariably unpleasant and unkind.
Why should he care if he is hated in his home,
'Cause he's gotta house in the country,
And a big sports car.
He's gotta house in the country,
And a big sports car.
But he ain't gotta home, oh no,
And he's as wicked as he can be,
'Cause he's gotta house in the country
Where he likes to spend his weekend days.
Oh yeah, oh yeah, well all right
Well, he got his job when drunken Daddy tumbled down the stairs.
From that very day this boy is more than having his share.
One of these days I'm gonna knock him off of his throne,
'Cause he's gotta house in the country,
And a big sports car.
He's gotta house in the country,
And a big sports car.
And he's oh so smug, oh yeah.
He's got everything he needs,
'Cause he's gotta house in the country
Where he likes to spend his weekend days.
Oh yeah, oh yeah, well all right
And he's oh so smug, oh yeah.
He's got everything he needs,
'Cause he's gotta house in the country,
And a big sports car.
He's gotta house in the country,
And a big sports car.
But he's socially dead, oh yeah,
And it don't matter much to him,
'Cause he's gotta house in the country
Where he likes to spend his weekend days.
Oh yeah, oh yeah, well all right
House in the country
House in the country
House in the country
House in the country



(“A house in the country” The Kinks, “Face to Face”, 1966)



No hay comentarios:

Publicar un comentario